EUROPA
PRESS
17 abril
2019
Nutrientes
clave para alimentar la piel
Cómo comamos y cuáles son nuestros
hábitos alimenticios influyen claramente en nuestra piel. Una alimentación
adecuada es la base de la salud y es que, según se ha comprobado, los desequilibrios
nutricionales se manifiestan también en pequeñas alteraciones de la piel y del
cabello, según asegura la Academia Española de Dermatología y Venereología
(AEDV).
“Existen hoy en día estudios en los que se relaciona un
consumo mayor o menor de ciertos alimentos con parámetros de la piel, como la
hidratación o incluso la presencia de arrugas; aunque una alimentación
equilibrada y adaptada al individuo es en sí misma suficiente para aportar
todos los nutrientes”, aclara.
En concreto, lo que comemos, los nutrientes que nos aporta
la dieta, se asimilan e incorporan en los tejidos del cuerpo, ejerciendo
funciones sobre la salud. Asimismo, señala que la alimentación puede modificar
el curso de algunas enfermedades como el acné, la psoriasis, o la dermatitis
atópica, por ejemplo, de forma que siguiendo una serie de sencillos hábitos se
pueden prevenir muchas agresiones sobre la piel.
Así, el jefe de sección de Dermatología pediátrica del
Hospital de La Paz (Madrid), Raúl de Lucas, considera, que el cuidado diario de
la piel debe consistir en una correcta hidratación, así como en una dieta
saludable, preferentemente mediterránea, además de en una correcta protección
solar y frente a determinados agentes externos como el frío o el calor
extremos.
“En invierno, la piel se ve sometida a temperaturas más
extremas, al frío, que daña la barrera cutánea y hace que la piel sea más
sensible a inflamaciones, descamaciones, se hace más seca, aparece el prurito,
o tiene tendencia a la irritación”, explica en una entrevista con Infosalus.
Mientras, indica que en el verano la exposición a la
radiación solar hace que la piel se vea agredida porque luz ultravioleta
disminuye la actividad de nuestras defensas en la barrera cutánea, lo que
genera un daño directo sobre nuestras células, con muerte celular incluida, así
como una predisposición a padecer enfermedades malignas, tipo cáncer. En este
punto, el doctor De Lucas recuerda que el cáncer de piel está directamente
relacionado con el grado de exposición solar de la persona, así como con el
número de quemaduras solares que se han sufrido a lo largo de la infancia.
Por otro lado, en primavera, dice que son sobre todo las
personas alérgicas las que pueden ver más afectada su piel en contacto con los
pólenes, por ejemplo. “Es frecuente que pueda haber crisis de eczema o de picor
con la alergia al polen”, reconoce.
“Claramente, la piel que forma parte del sistema inmune
innato, el que nos defiende de todo lo que nos agrede, cambia en función de la
agresión que suponga el medio ambiente y también a partir de los irritantes
propios de cada estación. A su vez, nuestros hábitos alimenticios influyen y
una nutrición adecuada, variada, rica en alimentos, contará con los suficientes
principios activos que luchen contra los radicales libres, sobre todo
antioxidantes, como la fruta y la verdura, que favorecen la reparación del daño
ejercido por determinados agentes como el sol, la contaminación o las
temperaturas extremas”, añade el experto del Hospital de La Paz (Madrid).
Se ve frecuentemente en pacientes con enfermedades graves de
la piel, como ampollas o heridas, que la nutrición es fundamental para una
adecuada reparación de la misma, aprecia De Lucas. De hecho, subraya que en
pacientes con dermatitis, piel seca o sensible, se pierden nutrientes a través
de la piel cuando ésta está inflamada. “Para evitar ese tipo de pérdidas es
conveniente una correcta alimentación”, insiste.
Alimentos más
indicados
Con todo ello, el especialista subraya que para mantener una
buena salud de la piel es imprescindible mantener una dieta variada, sobre todo
que sea mediterránea, rica en fruta y verdura, legumbres, pescado azul y ácidos
grasos omega 3, además de frutos secos. También es fundamental, según recuerda,
mantener una correcta hidratación y protección de la piel frente a las
agresiones externas, como una exposición solar excesiva, o el frío y el calor
extremos.
Por ejemplo, cita que todos aquellos que contienen betacarotenos (zanahorias) son idóneos para reparar el daño
solar del verano. En enfermedades como el acné recomienda dieta pobre en
hidratos de carbono de absorción rápida, así como moderada en lácteos, y seguir
la dieta mediterránea. Mientras, menciona que se ha visto que en los problemas
capilares se han encontrado efectos beneficiosos en el consumo de las pipas de
calabaza.
Desde la Mayo Clinic
estadounidense añaden que, aunque hay pocas investigaciones sobre cuáles son
los mejores alimentos para mantener la piel sana, sí se sabe que los alimentos
ricos en antioxidantes parecen tener un efecto de protección para la piel.
Entre estos menciona en concreto: Zanahorias, albaricoques y otras frutas y
vegetales amarillos y anaranjados; espinacas y otros vegetales de hojas verdes;
tomates; bayas; legumbres; salmón, caballa y otros pescados azules; nueces o
frutos secos.
Por otro lado, advierte de que algunos alimentos parecen ser
perjudiciales para la piel e indica que algunas investigaciones sugieren que
una alimentación con alto contenido de azúcares u otros carbohidratos
procesados o refinados, y con muchas grasas no saludables, promueve el
envejecimiento de la piel.
“Recuerda que muchos de los mejores alimentos para mantener
la piel sana también favorecen la salud en general. En vez de centrarte en
alimentos específicos para mantener la piel sana, concéntrate en una dieta
saludable en general. Come muchas frutas y vegetales. Escoge lácteos sin grasa
o con bajo contenido de grasa. Incluye frutos secos, semillas y legumbres en
tus comidas preferidas. Opta por el pan y las pastas integrales. Limita los
dulces. Esfuérzate por buscar variedad cuando elijas opciones saludables”,
recalca la institución norteamericana, en la misma línea que aconseja la AEDV
española.